lunes, 7 de julio de 2014

Sabor 2: Avellanas

"La avellana es el fruto de tipo nuez del avellano común, Corylus avellana. Etimológicamente proviene del latín nux abellana, «fruto seco de Avella», municipio napolitano de la Campania. Tiene forma esferoidal, con un diámetro aproximado de 10 a 15 mm. Está formada por una cáscara fibrosa externa que rodea una cubierta lisa en la que se aloja la semilla. La cáscara fibrosa se seca durante la maduración."

Pues de eso han hecho un helado.

Leche, cacao, avellanas y azúcar...

La avellana es un fruto seco que, igual que con el cacahuete, se hace crema para untar en emparedados. Así que si hacen crema, pues por qué no iban a hacer helado, oye. 




















Por aquí la crema de avellana tiene más o menos la misma fama que la crema de cacahuete: ninguna. Pero sí que tenemos la suerte de tener Nocilla a raudales, que viene siendo lo mismo, pero añadiéndole cacao. Por eso, al comensal observador, este helado le recordará ligeramente a los bocadillos de media barra de pan de Nocilla que de pequeño se metía entre pecho y espalda. De todas formas, el sabor recuerda a dicha crema, pero no sabe a Nocila, saber, sabe a avellanas y punto. El sabor a avellanas es increíblemente fiel, tanto, que de no ser por el frío tacto en el paladar, el comensal despistado podría a llegar a olvidarse que lo que está comiendo es un helado. Y para no ponérselo nada fácil al comensal despistado, hay unos cuantos tropezones que son trozos de avellana real, sin trampa ni cartón.

Y de color cartón es el helado: ese marrón clarito que sin duda saldría al prensar muchas avellanas con un poco de leche añadida.

Y ya está, le pongo un 7

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