Sabor 1: Piña

Hace unos días se me ocurrió la absurda original idea de probar todos los sabores de helado que pueda, ¿Para ver si descubro algún sabor que me guste más que la vainilla?, no, porque quiero. Y para que quede constancia en algún sitio, he decidido crear este blog en el que iré explicando lo que me parece cada sabor.

He empezado hoy mismo en la Jijonenca, lugar donde iré diariamente a probar un sabor nuevo, ¿Por qué la Jijonenca?, porque quiero.

Helado de Piña para el niño y la niña

El primer helado empezando por la izquierda de este establecimiento del que ya he dicho el nombre demasiadas veces en esta entrada, es el de piña. Un sabor clásico, poco original, nada sorpresivo, ligeramente aburrido.

El color del helado es de un amarillo blanquecino pastel, supongo que para hacer recordar al comensal que lo que va a probar es un helado de piña, y no de, por ejemplo, kiwi. Aunque por todos es sabido que la parte comestible de la piña es más bien de color amarillo y ya está. Supongo que el tono blanquecino pastel es para que el comensal no olvide en ningún momento que lo que está comiendo es un helado y no una piña en almíbar esférica. 

Y hablando de piña en almíbar, el helado tiene una pequeña cantidad de diminutos trozos de piña en almíbar, por si al comensal le quedaba alguna duda de lo que está comiendo, los tropezones claramente le dicen: eh, comensal, mira, que sí, que soy piña, ¿ves?. 

El sabor es el típico sabor de las cosas que saben a piña, podrían cambiar el nombre del helado y llamarlo, por ejemplo, helado de Sugus de piña, pero seguramente se llevarían una demanda por utilizar la marca Sugus sin pedir permiso, así que supongo que han decidido dejarlo en piña y ya está, ya que sí que es cierto que el sabor dulce con un leve toque ácido recuerda a la piña*.

Y ya está, le pongo un 6

*Supongo que todo el mundo supone que estoy hablando de la piña tropical (ananas comosus) y no de la piña de piñones, la de los pinos.